Y, a golpe de emociones, ordenar un acertijo de
palabras para construir un puente hacia mis sueños. Esculpiendo un nuevo boceto
de lo que quiero ser, me sorprendo pensando en olvidar. Destripo una página en
blanco y empiezo a comprender que el laberinto de inquietudes conduce a una
actitud. Asumir el compromiso que tengo conmigo mismo, con mi felicidad, con el
segundo que conduce a otro mientras me duermo plácidamente bajo el árbol que
arropa la brisa de lo que me queda por vivir. Harto de oscurecer el espejo, y
harto de los que buscan que lo oscurezca, acariciaré mi sombra. Arrebataré mi
futuro a aquellos que buscan encadenarme a sus ansias de poder. Soy mi casa, y
pienso tenerla llena de luz, limpia y acogedora, como si estuviera esperando tu
visita, esperanza.
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